Sí es posible recuperar el tesoro quimbaya


El Gobierno no ve posible que España regrese las 122 piezas que Colombia le dio hace 124 años, pero ejemplos como los de Perú, Ecuador e Israel prueban lo contrario.

En 1983, Italia le devolvió a Ecuador más de 12 mil objetos precolombinos después de siete años de peleas en los estrados judiciales. En septiembre de 2006, a través de canales diplomáticos, Alemania le entregó al Ministerio de Cultura de Grecia una pieza de mármol esculpida en forma de pie que hace parte del Partenón, uno de los templos antiguos más importantes del mundo. En diciembre del año pasado, un tribunal de Ámsterdam (Holanda) ordenó a varios museos de su país devolverle a Ucrania el tesoro de Crimea, compuesto por más de mil piezas de oro.

Estos solo son tres de los más de 15 antecedentes que hoy estudia la Corte Constitucional para definir si las 122 piezas del tesoro quimbaya, que se encuentran en Madrid desde 1892, deben regresar al país. Son tres ejemplos que demostrarían por qué el Gobierno de Juan Manuel Santos estaría equivocado al afirmar que las piezas arqueológicas nacionales no pueden ser repatriadas pues, asegura, no hay ningún mecanismo, ni judicial ni diplomático, para hacerlo. La Cancillería recordó que la entrega del tesoro se debe a un regalo que hizo el entonces presidente Carlos Holguín, tío abuelo de la hoy canciller, María Ángela Holguín, a la reina de España, María Cristina de Habsburgo.

La pelea por recuperar el tesoro quimbaya cumple ya 10 años. La solicitud de Felipe Rincón, el ciudadano que presentó una acción popular para pedir de regreso las piezas, llegó en marzo de 2012 a la Corte. Le correspondió al magistrado Alberto Rojas estudiar el expediente, que está a punto de cumplir cinco años a la espera de una decisión del alto tribunal. Pero esa espera podría acabarse esta semana. Para hoy jueves 23 de febrero, la Corte tiene programado en su orden del día este histórico proceso que, de acuerdo con el proyecto de fallo, saldría en favor de la conservación del patrimonio cultural del país.

Según el proyecto de fallo que presentó Rojas el año pasado, el Gobierno tendrá que hacer todo lo que esté a su alcance para regresar el tesoro a Colombia. De ser aprobada esa ponencia, Santos estará obligado a cumplir tres órdenes del alto tribunal. La primera, intentar por vía diplomática la repatriación de las 122 piezas. Si después de un año no ha logrado cumplir la tarea, el presidente deberá acudir al Comité Intergubernamental para Fomentar el Retorno de los Bienes Culturales a sus países de Origen o su restitución en Caso de Apropiación Ilícita de la Unesco.

Y si con la ayuda de la Unesco tampoco se logra ningún acuerdo, “el presidente está obligado a solicitar ante la justicia española la repatriación del tesoro”, dice el proyecto de fallo. En otras palabras, Colombia tendrá que demandar a España para regresar lo que es considerado hoy como una joya de la época precolombina y una parte fundamental e imprescindible del patrimonio cultural del país.

En las 234 páginas de la ponencia que se estudia en la Corte, además de incluir las principales intervenciones de la audiencia pública que se realizó en enero del año pasado por este caso, el alto tribunal estudió por lo menos 15 casos de países que, como Colombia, han intentado regresar a sus tierras tesoros arqueológicos, piezas de arte y hasta fragmentos de obras arquitectónicas.

Uno de los casos emblemáticos es el de Machu Picchu en Perú. Hace 100 años, varias piezas arqueológicas salieron de ese país y reposaron durante casi un siglo en la Universidad de Yale, en Estados Unidos. Entre 2004 y 2014, en medio de un riguroso proceso de repatriación de bienes, el estado peruano recibió de Yale por lo menos 46.000 piezas y fragmentos arqueológicos incas, y hasta el día de hoy, tiene otros 40 procesos abiertos para recuperar lo que hace más de un siglo perdió.

Como Perú, hay incontables ejemplos: en agosto de 2007, el Getty, un museo de Los Ángeles (Estados Unidos) acordó con el Ministerio de Patrimonio Cultural de Italia la restitución de la Venus de Morgantina y otras 39 piezas de gran valor arquitectónico, entre jarrones, ánforas y fragmentos de frescos. En diciembre de ese año, un tribunal de Estados Unidos le ordenó a la baronesa alemana von Morsey Pickard que devolviera a Israel el fresco La joven Sabina de Winterhalter, un cuadro que había adquirido su suegro en 1937 en una venta forzosa de la colección de un galerista judío. Este caso se convirtió en un emblema en la búsqueda de bienes judíos que fueron expropiados durante la Segunda Guerra Mundial.

Los detalles de cada repatriación o devolución alrededor del mundo dan cuenta de que regresar los tesoros arqueológicos a su lugar de origen no es una tarea diplomática imposible ni un proceso judicial sin sentido. En Colombia, la palabra de este trascendental proceso la tiene la Corte Constitucional, que ya ha escuchado a la Cancillería y a personajes como Enrique Gaviria, exembajador de Colombia ante Naciones Unidas, quien expresó: “De no ordenarse la devolución de nuestro tesoro, seguiremos siendo el mismo país de siempre, entregando enormes porciones de tierra y mar, como se demostró recientemente, y ahora también nuestro patrimonio cultural, sin que sus autores se sonrojen y sin que sus actos sean juzgados al menos por la historia”.

Fonte: http://www.elespectador.com/noticias/judicial/si-es-posible-recuperar-el-tesoro-quimbaya-articulo-681302 (22/02/2017)

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